miércoles, 15 de abril de 2009

A FLOR DE PIEL



Amanece, y los rayos de sol van cubriendo cálidamente la montañas. Paisaje sereno. Abro la ventana, respiro hondo y siento una inmensa paz. Me sonríes con toda la luz de la mañana en tus labios, y me viene a la memoria años atrás en una piscina, mi hermana y yo, y aquella otra gran frase "esto es vida gorda", y me lo repito de nuevo.
Genalguacil se distingue de todos los pueblos con sus calles-museo, haciendo del paseo una ruta por los sentidos. Mires donde mires todo es curioso, cada detalle es la inspiración de alguien que decidió dejar su huella para que tú y yo lo viéramos hoy.
Al fondo se ve un muro "encalao" donde el blanco se rompe sólo por el óxido desprendido de la figura, de nuevo el sol se recrea con las luces y las sombras "abrazo a la luz", se llama, y no podía ser más acertado. El muro separa dos realidades, de éste lado, la curiosidad del viajero, las fotos, las risas;del otro, la tranquilidad de los días eternos, flores, el camposanto.
Ssssssshh ¿Oyes? El cantar de los pájaros da melodía a las calles, y mientras paseamos en silencio por una estrecha callecita, se escuchan las charlas distendidas de las señoras vestidas de domingo, apenas susurrando, acorde con la quietud del entorno.
Va llegando el mediodía, y el aire se llene de olores, brasas, leña, aromas de pucheros, y nos dirigimos a otro pueblecito, donde el olfato dejará pleno protagonismo al gusto. El lugar tiene encanto, una antigua almazara, donde el ingrediente principal es la castaña, verduras a la brasa con castañas, solomillo con crema de castañas, bombones de castañas, ummmmmmmmmh, buenísimo.
Nos montamos en el coche, y mientras descendemos, el horizonte se llena de naranjas, rojos y amarillos, y el sol va perdiendo la batalla diaria por no desaparecer. El ultimo sentido se hace dueño de todo mi cuerpo, vuelvo la cara y me sonríes de nuevo, y recorres mi piel sin necesidad de tocarme, me miras y pienso que aunque el sol no brillara la luz inmensa de tus ojos azules nos guiaría.
Se acaba el viaje, y trato de disimular que en todo el camino las mariposas no han dejado de revolotear. Te acercas lentamente, me besas, "gracias" me dices al oído.
Me quedo de pie, observándote, y mientras te marchas siento a flor de piel, el roce dulce y amargo de una hermosa rosa con espinas....

1 comentario:

Nut dijo...

¡Eso es vida gorda!!! No sabes lo feliz que soy de verte feliz. Qué mamonas las mariposas lo que llenan y vacían con su ir y venir.
Tej quiero